jueves, 29 de diciembre de 2011

Los medios comunicación ante la niñez y los jóvenes

         Por: Enrique Aquino
      La tecnología ha ido avanzando día tras día, esto puede ser bueno o malo, ya que se
puede utilizar para beneficiar o perjudicar al mismo ser humano.

      Con los inventos de comunicación masiva que se descubrieron y se desarrollaron en los dos siglos
pasados, se amplio la forma de comunicarnos entre los seres humanos.

      En el presente siglo el internet ha despuntado y se aproxima a ser el medio de comunicación más importan-
te en un corto plazo, podemos ver televisión, radio y periódicos digitales; con una gran calidad en sus
contenidos.
     
       Existen ya medios alternativos; los blog, YouTube, y el Twitter primeramente, estos son unos verdaderos 
medios de comunicación, ahí se lee y se debate lo que en los medios tradicionales no se atreven a 
decir. Desgraciadamente  han reprimido y hostigado a periodistas independientes, un ejemplo es: 
@hbautista , atentando contra el software libre.
     Los "medios de información", -por la poca o nula  interacción,  máxime en los medios tradicionales-,  
tienen una gran  influencia en las personas. Saber esto nos preocupa ya que puede producir
cambios en las conductas de las personas.
     Escribir sobre estos temas de comunicación  es muy largo y profundo, existe por ejemplo,  la manipulación
 de información en los medios masivos y sus influencias. Pero esta vez  quiero enfocarme a la aculturación.
 y los antivalores que promueven los medios masivos, donde la sociedad sufre cambios y la influencia modifica
el orden social. sobre todo  en los jóvenes y niños. 

    En esta sociedad moderna los jóvenes sufren influencia y alimentan diariamente sus cerebros con
canciones que contienen mensajes negativos, algunas de ellas sin sentido y coherencia. También adoptan 
conductas que son copiadas de series de televisión extranjera.

    A los niños se les hace más fácil reconocer logotipos comerciales, ellos identifican más rápido una
"carita" sonriente -de una bolsa de papas fritas-, o una caricatura de anime que nuestros símbolos patrios. Vemos
 la gran difusión de antivalores en programas de Telenovelas,  talk show, telerrealidad, donde el interés
comercial y político es más importante.
    
     La cultura en México, por ejemplo, que se apoya en la raza y en la sangre, se esta perdiendo, tenemos
que reafirmar nuestra identidad nacional, ya que si no lo hacemos, se queda una vacío y se crea una
nueva identidad ajena a la nuestra.

    Supongo que si nuestros pueblos pugnan por alcanzar mejores niveles, deberán cambiar el contenido de
los medios de comunicación, limitando la proporción publicitaria, reduciendo los programas antes citados y
fomentando programas culturales, educativos e informativos. 

    Si esto pasara, habría un desarrollo social en nuestros países, que tanta falta nos hace, con un nivel
cultural elevado cambiando conductas indeseables por los valores más preciados, y esto pasaría gracias
a sus medios de comunicación.

   Concluyo con lo siguiente: los medios de comunicación no son malos en sí , los malos son los que están
atrás de  ellos, porque los medios masivos son una arma invaluable en la lucha contra la ignorancia, son los
más eficaces colaboradores para la obra de pacificación, sirven para una mejor comprensión entre los seres 
humanos, también podrían ser los mejores promotores de valores y de cultura.

La vida es una paradoja.

Por Enrique Aquino

    Un tiempo para nacer y un tiempo para morir,
un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado; 
un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;
un tiempo para llorar y un tiempo para reír, 
un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar; 
un tiempo para buscar y un tiempo para perder, 
un tiempo de guerra y un tiempo de paz. 

     Pensamientos que subrayan muy bien la lucha de fuerzas opuestas que generalmente
ocurren dentro de cada persona. El hombre esta consciente de su capacidad para el bien y
el mal, y con esta consciencia nace la ambivalencia. La coexistencia de fuerzas que se oponen
dentro de nosotros mismos, tienden a confundirnos y a amenazarnos. Y sólo disponemos
de la alternativa de la de decisión, la cual si es retardada, causa un estado de tensión
permanentemente negativo. 

     Somos responsables de la resolución de las fuerzas de un conflicto dentro de nosotros
mismos; tenemos que optar por un curso de acción definido. Aveces nos encontramos 
empujados en cierta dirección , pero no queremos abandonar las alternativas porque claramente 
carecemos de garantías al tomar una decisión. La ambivalencia que nos caracteriza es natural, 
el problema es que al decidir, casi siempre optamos por lo familiar ya que por naturaleza tenemos 
miedo a lo desconocido. 


    Cuando tenemos satisfechas nuestras necesidades básicas , el elemento  más importante a
buscar es la seguridad emocional, la cual nos puede liberar hacia la libertad genuina . El bienestar
del hombre debe de surgir de una interacción efectiva que suministre el equilibrio entre la mente 
y el cuerpo. Esta dualidad es bien conocida por todos. La mente puede afectar el cuerpo,  por 
ejemplo creando ciertas enfermedades, y a la inversa, cualquier enfermedad orgánica puede  tener
efectos  profundos sobre la mente.

     Esta dualidad es una de las realidades de nuestra vida emocional. Podemos amar y odiar al mismo
tiempo . La ambigüedad de sentimientos casi nunca es aceptada por la gente que asegura amar, pero
es una realidad. Por supuesto , cuando se ama profundamente a una persona, no es fácil encontrar el
equilibrio a las fuerzas que se le oponen a esta emoción. Pero es posible encontrar o llegar a un 
estado de tensión saludable. Nunca una emoción profunda como el amor existe libre de fuerzas 
antagonistas. 

     la vida en sí es una paradoja . Desde que nacemos se nos condena a morir. Apreciamos el gozo pero
sólo cuando hemos sufrido. De la privación aprendemos lo que es abundancia. Nunca hay risas sin que
antes haya habido lágrimas. No podemos sentir que estamos conquistando el mundo, cuando no nos
hemos sentido oprimido por él. Y son las actitudes contradictorias  las que precisamente nos ayudan
a sostener un estado de tensión creativa. La vida implica una tensión permanente, lo que hagamos
con sus fuerzas ambivalentes depende de la naturaleza de la tensión.